Mujeres que inspiran. La legendaria Dalilah y su legado en la danza oriental

Hoy la legendaria Dalilah, reina del baile oriental, cumpliría 89 años, es el día perfecto para recordarla.

Cualquier persona aficionada a la danza oriental ha oído hablar de la «época dorada», ese momento en el que las bailarinas que deslumbraban en los casinos eran reclamadas en los eventos más importantes para bailar ante reyes y personalidades de todo tipo.

Ellas elevaron esta danza tan antigua a otro nivel. Son muchos los nombres, todas ellas estrellas rutilantes: Samia Gamal, Naima Akef, Badia Masabni… pero la que hoy nos ocupa es una española, elegida en 1959 la mejor bailarina de El Cairo nada menos y cuya vida bien merecería ser contada en la pantalla grande.

Dalilah bellydance danza oriental flamenco

Adelaida Angulo Agramunt (así se llamaba) nació en Madrid en 1936 y desde pequeñita estudió distintas disciplinas como ballet clásico, escuela bolera y flamenco.
Se formó con los profesores más prestigiosos del momento e inició una prometedora carrera como bailarina de danza española. Corría el año 1954 cuando viajó por primera vez a El Cairo para hacer una gira de tres años por Oriente Medio y ¡cuán importante fue ese viaje! Un buen día, el dueño del local donde estaba trabajando necesitaba una danzarina de oriental y le pidió que bailara. Al poco tiempo los periódicos ya publicaban la noticia: «Ha nacido una nueva Samia Gamal».

 

Durante los años siguientes viajó, ya como Dalilah, a Persia, Siria, Turquía, Jordania, Líbano… terminando de nuevo en El Cairo. Allí actuó en la gran inauguración del Hotel Nile Hilton junto con Nagwa Fouad, en presencia del presidente Gamal Abdel Nasser y el mariscal Tito, donde el empresario hotelero Conrad Hilton invitó innumerables artistas desde Hollywood para la ocasión.

Danza oriental Bellydance Dalilah Nagwa Fouad Flamenco Tahia Carioca

Tuvo un éxito rotundo y sin precedentes. Tuvo además el honor de actuar en ese tiempo para notables como el Shah de Persia, el Rey Hussein de Jordania, el Rey Faruk de Egipto, el Rey Saud de Arabia Saudita, el presidente Chamoun del Líbano o el presidente Nasser de Egipto. Entonces se la llegó a considerar “la reina de la danza oriental” y fue tal la popularidad que alcanzó inclusive entre la aristocracia de Oriente Medio, que despertó los celos profesionales de las bailarinas egipcias (por suerte contaba con la protección de una amiga, la mítica bailarina Tahia Carioca).

Dalilah bellydance danza

Hizo giras también por toda Europa y allá donde fuera el triunfo estaba asegurado.

La reclamaban para eventos de toda índole. En Italia por ejemplo, la contrataron para hacer un pase privado en la fiesta de Marcelo Mastroiani al finalizar el rodaje de la película «La Dolce Vita». Compartió escenario con grandes artistas Tom Jones, Edith Piaf y Johny Halliday entre otros, y surgieron entrañables amistades como la que le unió a Josephine Baker. (Como curiosidad, hay quien dice que ella es la “Delilah” de la famosa canción de Tom Jones).

A su regreso de la gira europea el destino le deparaba otra bonita sorpresa, su camino se cruzó con el de Paul King, popular cantante londinense que se convertiría en su gran amor y compañero para toda la vida. Fue un auténtico flechazo, tan sólo unos días después de conocerse ya eran marido y mujer. Se cuenta que su madre se disgustó tanto por lo repentino del enlace que en un arrebato de ira quemó algunos de los trajes.

Dalilah fijó su residencia en el Líbano durante un tiempo y adoraba la vida allí, pero cuando comenzaron los problemas políticos lo abandonó para establecerse en México y unos años más tarde (1974) en Estados Unidos, donde la danza oriental se estaba poniendo de moda.
Se instaló en Las Vegas y abrió una tienda de vestuario oriental y un estudio de danza destacando como una de las principales maestras. Desde allí realizó una labor divulgativa sin precedentes y organizó los primeros viajes de estudio a El Cairo para que las bailarinas americanas pudieran formarse con los maestros y bailarinas de la época (Fifi Abdou, Hala Sofi, Sohair Zaki o incluso Nagwa Fuad). Introdujo también al renombrado Mahmoud Reda en Estados Unidos y juntos recorrieron el país impartiendo seminarios de danza y folclore árabe.

Llegaron a tener incluso un programa de televisión donde difundían la técnica de la danza oriental. Su método de enseñanza era muy sencillo y a su vez conservaba toda la autenticidad de este arte, lo que la convirtió en la «Embajadora de la danza egipcia moderna».

Allá por 1984 regresó a España para descubrir que lamentablemente este tipo de baile solo se encontraba en malos restaurantes y con un sentido muy alejado de su esencia, lo que la desanimó hasta el punto de dejar los escenarios. Por suerte (entre otros para nosotras) su amor por la danza y la cultura árabe le hicieron volver pronto a los teatros y las escuelas para tratar de mejorar la situación. En los días de Gloria los medios del Líbano publicaron “ha caído un ángel en el cabaret” y casualidades de la vida, ese ángel acabo justo aquí en Colmenar Viejo (Madrid), en la escuela de danza Línea y Movimiento. Allí un pequeño grupo de chicas ilusionadas y con muchas ganas de bailar quedamos deslumbradas por aquella dama y el exótico mundo de glamour que abrió ante nosotras. Así fue como mi hermana Paloma y yo nos enamoramos perdidamente de la danza oriental (que no danza del vientre, como ella nos enseñó), pero esa es otra historia.

Dalilah hizo un trabajo coreográfico para la película Juana la Loca y volvió a las tablas con un espectáculo en la Sala Galileo Galilei de Madrid y el Teatro Goya de Barcelona, donde actuó durante dos semanas seguidas.

La mayoría no fuimos conscientes, pero mientras tanto ella estaba librando una lucha contra con la enfermedad. La noticia de su fallecimiento aquel verano de 2001 nos pilló totalmente por sorpresa. Se nos fue demasiado pronto, pero le dio tiempo a cambiar nuestra vida.

En mi caso, transformó a una secretaria en una danzarina oriental de corazón y todo cambió de color desde entonces. Hoy no estaría donde estoy de no ser por ella, siempre estaré agradecida.

Un personaje fascinante, ¿verdad? ¿Tuviste, como yo, la suerte de conocerla? ¿de verla bailar tal vez?

Referencias:

 Zuel. (2006). Ha caído un ángel en el cabaret: Dalilah. from Añil danza: http://www.anildanza.com/dalilah-reina-danza-oriental/.

Pamela Sloan (2012) Revisiting “A Belly Dancer’s Dream Come True”, (…) from Gilded Serpent: Tribute to Dalilah for the readers of the Gilded Serpent

Mabel Amado «La reina de la danza oriental», Diario ABC, (2014)

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